Composición del vino

Desde un punto de vista estrictamente químico, los principales componentes del vino son el agua, ácidos, el gas carbónico y azúcares. Sin embargo, son los componentes aromáticos que constituyen la riqueza y complejidad del vino. Ofrecen una variedad infinita de matices sutiles que estimulan todos los sentidos.

¿Cómo disfrutar del vino e identificar los sabores, sin perderse en la complejidad?

Las condiciones de la cata

  • La forma de copas de vino es esencial. La copa de vino es obligatoria (el ideal es el estándar INAO de vidrio). Se mantiene por el pie de la copa para evitar de calentar el vino y permitirnos de mover la copa. La copa a de estar limpia y transparentes para apreciar los matices de color. La copa tendrá forma de tulipán o de óvalo para conservar mejor los aromas. Para el Champagne o cava, el principio es el mismo utilizando una copa de champagne.
  • La sala debe ser clara, si es posible, y abierta a la luz natural. La temperatura ideal de la sala será de unos 18 a 20 ° C. Disponer de un mantel blanco limpio y sin dibujos La cata de vinos en sí
  • Un secreto: Un buen catador suele tener hambre! Con el hambre los sentidos del olfato y del gusto suelen desarrollarse.

La cata se basa en tres sentidos,

  1. la vista (los ojos),
  2. el olfato (la nariz),
  3. el gusto (el paladar).

 

La Vista es el primer contacto con el vino. La edad, la concentración, la finura y su estado de conservación se reflejan en la primera vista. Se pueden apreciar elementos como la claridad, el brillo y por supuesto, el color del vino y sus matices. Para los vinos blancos, los colores van desde amarillo a ámbar casi sin color, rosa, rosa blanca manchada con toques de salmón rosado y el rojo, el violeta hasta el rojo marrón.

El Olor, no puede medirse con instrumentos de medición y juega sin duda el papel más importante, revela el “bouquet” del vino. Hay que seguir tres pasos, oler el olor del vino recién vertido en el vaso (1/3 de la copa), luego girar la copa para liberar la mayor cantidad posible de moléculas y respirar de nuevo, y finalmente agitar la copa para permitir que los aromas menos volátiles salgan a la superficie.

El sabor en boca permite percibir la estructura, distinguir el ataque, en el paladar, en el medio y final de la boca, sintiendo el calor del alcohol o los taninos y, finalmente, distinguir la(s) variedad(es) de uva(s). Las distintas áreas sensoriales de la lengua captan una información específica, como la dulzura que indica la cantidad de azúcar de un vino, la acidez que “hace agua” en la boca y hace que los vinos blancos sean particularmente vibrantes y refrescantes, los taninos, finalmente responsable del sabor amargo y astringente que están originalmente en la piel de la uva.

Nota de cata: aromas y sabores.

Todas estas sensaciones nos permiten identificar las impresiones generales, tales como el equilibrio y la complejidad de los vinos, la expresión y la intensidad, o la duración en boca. Existe un vocabulario rico para describir todas las sensaciones experimentadas durante una degustación especial (madera, frutos, cítricos, taninos, etc ..) pero lo importante es apreciar y expresarse con sus palabras.

Ya sabe lo suficiente para disfrutar.