Cada plato debe ir acompañado de un determinado tipo de vino por lo que conocer la combinación de sabores es fundamental para elegir el indicado. Los mejores vinos rosados -gracias a los modernos métodos de vinificación que permitieron mejorar su calidad- han sabido ganarse su lugar como excelentes aperitivos.

El vino rosado se produce a partir de tres técnicas de elaboración: contacto con los hollejos, sangrado y mezcla (la menos frecuente). Estas técnicas incluyen procedimientos que deben realizarse muy cuidadosamente para obtener finalmente los mejores vinos rosados.

Los mejores vinos rosados se distinguen por su color, el que puede variar entre el rosa salmón y el color fresa. También se caracterizan por su frescura: esta característica hace del vino rosado una bebida ideal para degustar en verano.

Cada vino necesita una temperatura específica para poder ser apreciado correctamente. En el caso de los mejores vinos rosados, los expertos recomiendan almacenarlos en un lugar fresco y consumirlos a una temperatura que debe ubicarse entre los 6 º C y 10º C.

No todos los menús pueden acompañarse con cualquier vino; es así que existe un vino específico para cada plato. Los mejores vinos rosados -dado su sabor frutal- no son aptos para acompañar cualquier comida pero sí son ideales como aperitivos y para ser servidos junto a los postres.

Los mejores vinos rosados pueden ser un buen aperitivo si se sirven con arroz, paellas, pollo o mariscos, pastas rellenas o gratinadas, salsas de tomates, vegetales, aves, quesos frescos o ensaladas.

Los mejores vinos rosados pueden encontrarse en Francia -en Valle del Loira y Provenza- y en España -Navarra, Madrid, Murcia, Cataluña, La Mancha, Rioja, Bierzo o Somontano, por ejemplo-; algunos de los más destacados vinos españoles son: Carredueñas, Fincas de Unzu, Gran Caus, Muga, Ochosa, Otto Bestué, Pago del Vicario, Radix, R D’Anguix y Viña Aljibes. Tampoco debemos olvidar los excelentes vinos rosados de Chile y Argentina.

Las características naturales de los mejores vinos rosados los hacen perfectos para ser servidos como aperitivos. Servir un buen vino rosado puede preparar el paladar de los comensales y marcar el comienzo de una cena inolvidable.