El saber popular siempre ha otorgado ciertas propiedades al vino, siempre se le ha relacionado con el amor y con el sexo, con unas cualidades afrodisiacas que hasta ahora no se habían podido comprobar.

Por un lado juega el aspecto psicológico, el hecho de tener una botella de un vino abierta en la mesa, otorga caché, prestigio y predispone de manera positiva. Son las ilusiones embotelladas, el alcohol desinhibe, el alcohol facilita también la conversación. No hay mejor aliado en el sexo que aquello que se origina mentalmente en relación con el erotismo. Más allá de este saber popular, de este conocimiento psicológico poco se ha investigado a nivel científico sobre el tema, no obstante esto ha cambiado, os contamos…

Se trata de un estudio realizado por la universidad de Florencia, un estudio muy sencillo, en él participaron 798 mujeres mayores de edad (hasta 50 años), divididas en 3 grupos, en función de que no bebiesen vino con las comidas, de que tomasen una copa de vino diaria o bien 2 copas, se excluyeron del estudio las que bebían una mayor cantidad. Consistía en responder una serie de 19 cuestiones acerca de la frecuencia que practicaban sexo y en relación con su índice sexual. Debido al pequeño tamaño de la muestra no se puede extraer conclusión científica concluyente, pero si que podemos determinar que hay ciertas premisas que si que se cumplen, la conclusión del estudio que más nos importa es que: “a mayor consumo de vino se incrementaba el deseo sexual en las mujeres”.

La explicación científica es relativamente sencilla, el vino actúa de vasodilatador, aumenta el flujo sanguíneo, pero se ha podido comprobar como lo hace de manera especial en las zonas erógenas de la mujer. Los resultados se han publicado en “The journal of Sexual Medicine”.

Sabíamos ya de las propiedades antioxidativas de determinadas sustancias presentes en el vino, fundamentalmente en el vino tinto, con el resveratrol a la cabeza, con los taninos y los antocianos también en juego, de hecho, en los países mediterráneos se registran menores índices de infartos de miocardio. Ahora sabemos que el vino, en su correcta dosis es un gran aliado en el sexo, sabemos que mejora la llegada de la sangre a todas las zonas del cuerpo, lo que obviamente, también favorece la erección. También se ha podido estudiar como incide en la producción de estrógenos, aumentando sus índices y en consecuencia, el deseo sexual en las mujeres.

El vino pues, actúa como desinhibidor, rompe barreras, estimula la conversación, genera un ambiente propicio, y a todo esto hay que sumarle los efectos físicos que hemos descrito. Siempre en cantidades moderadas el vino puede resultar ser un gran aliado.

Tómalo en los preparativos, puedes empezar con una copa de vino blanco mientras cocinas http://vinosensis.com/es/vinos-de-rueda/1031-emina-verdejo-2013-8437009928134.html cena con un tinto de carácter http://vinosensis.com/es/vino-tinto/973-madremia-2011-8437012243057.html o remata con un cava de calidad http://vinosensis.com/es/cavas-y-champan/712-cava-a2-brut-reserva.html , en cualquier caso, siempre moderación.